Julio 5. Crece el descontento dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) contra el mandatario Ernesto Zedillo, luego de la derrota del candidato presidencial, Francisco Labastida Ochoa, en los comicios del pasado 2 de julio.
Miembros del partido calificaron al Ejecutivo como el gran perdedor de las elecciones y aseguraron que hoy no tiene ninguna ascendencia moral entre los priistas.
El ex diputado del tricolor, César Augusto Santiago, enfatizó que al mandatario le toca reconocer, más que a nadie, que su tiempo ya pasó; pudo conducir su partido a la victoria y lo condujo a la derrota.
Para el gobernador de Oaxaca, José Murat, se perdió la presidencia pero no estamos dispuestos a perder a nuestro partido. Coincidió con el mandatario de Yucatán, Víctor Cervera, en que la derrota fue producto de las traiciones e intrigas que se gestaron contra el PRI.
Luego de conocer que Dulce María Sauri renunciaría a la dirigencia nacional y la sugerencia de Zedillo para que la sustituyera Jesús Murillo, el oaxaqueño propuso celebrar en fecha próxima el Consejo Político Nacional.
Esta reunión estaba programada para el 4 de julio, pero Murat argumentó que estaban utilizando los mismos vicios que tanto han dañado al partido como es legitimar la decisión cupular.
La Corriente Renovadora del PRI criticó el intento de imposición del nuevo dirigente nacional y celebró que un enorme y variado grupo de priístas evitó que se perpetrara un `dedazo más.
Ulises Ruiz, futuro senador, afirmó que el presidente parece que no ha entendido que su liderazgo fue descabezado el 2 de julio. Consideró que luego de los comicios quedó clara la necesidad de replantear todo en el PRI, hasta el cambio de nombre y el nacimiento de un nuevo partido.
El diputado Fidel Herrera Beltrán señaló que con la derrota presidencial el PRI recuperó su libertad... ya no tendremos que pagar los costos políticos de las decisiones y acciones que tomaba el Ejecutivo. Los senadores Gustavo Carvajal y Samuel Aguilar manifestaron que Zedillo es para el PRI solamente un cuadro distinguido, pero la vida interna del partido la definen los priístas.
Un grupo de priístas propuso a Francisco Labastida dirigir la Comisión Nacional para la Transición del PRI, y se mencionan los nombres de Manuel Bartlett, Elba Esther Gordillo, María de los Angeles Moreno y Cesáreo Morales para presidir algunas de estas subcomisiones.
Incluso la dirigente nacional del PRI, Sauri Riancho aunque defendió al presidente reconoció que su partido está obligado a revisar los mecanismos de gobernabilidad interna, porque a partir del 1 de diciembre, el presidente de la República dejará de ser la figura medular del Revolucionario Institucional.
Advirtió que aún sin ese liderazgo moral, sobrevivirán como fuerza política.