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Víctor Cervera Pacheco

Cuándo ¿enloqueció?

El gobernador financia un pasquín que pudo llamar al presidente Zedillo homosexual y nada le pasó.

Volviendo al tema, qué es lo que pasó con el gobernador: ¿Por qué se porta así? ¿Cuándo sucedió? O más bien, ¿desde cuándo?

Quizá conviene analizar lo siguiente: ¿puede enloquecer en la frontera de los 70 años un individuo que a los 17 ó antes de los 21 comandaba turbas enardecidas para asaltar comercios, allanar predios y tirar gobernadores?.

 

¿Puede alguien enloquecer en los albores de la vejez si antes, a los 30 ó 45 años, ya había comandado nuevas turbas para tirar gobernadores, seguía azuzando a grupos contra sus adversarios y actuaba con tremenda impunidad?

 

Hay quien le llama a esto acertividad. preguntaremos —no si está demente— si puede alguien estar cuerdo cuando de manera perversa mueve los hilos del poder para arremeter contra cualquier cosa que no le sea favorable...¿Puede?

 

Como están las cosas, Cervera tendría miedo a una revuelta porque tantas veces le sirvieron para tumbar gobernadores que, en caso de haberla, en alguna parte de Yucatán, lo haría sospechar que su final anda cerca. Sin embargo, con ese método de pensar en positivo, volvemos a preguntar ¿Cervera, enloqueció ya? ¿Muestra el gobernador signos de demencia por la actitud que mantiene? ¿Quedó loco por lo que estamos viendo que se atreve a hacer y decir?

La respuesta se puede inferir de los siguientes conceptos: ¿Acaso Cervera ha conciliado a las partes de un conflicto, cualquiera que este sea, para que hagan las pases? ¿En sus cinco años y en los cuatro anteriores, hizo algo en pro del diálogo y de la pluralidad? ¿Ha pugnado alguna vez por la unidad de los divididos sectores empresariales? ¿Será cierto que nunca se ha metido en la vida privada de los actores políticos, ni les ha intervenido sus teléfonos?.

Si alguna de esas cosas se hubiera dado, tendríamos un perfil diferente del caso clínico que ahora nos ocupa.

El Diario de Yucatán antes y ahora, teniendo como acompañante al Lic. Santiago Creel, secretario de Gobernación del nuevo gobierno que encabeza el presidente Vicente Fox, son las dos pesadillas que aunque no le quitan el sueño, mantienen enojado —furioso—, a Víctor Cervera Pacheco, dos veces gobernador de Yucatán.

Al primero, le atribuye histórica —y estúpidamente— la fuente de todos sus males pasados. Al segundo, lo considera el causante de sus pesares futuros. Lo cierto es que para Cervera —y para su futuro hijo, el PRI—, solo por culpa del Diario ha perdido poder. Eso, leyéndolo al revés, no es más que un monumento al periódico de la Vida Peninsular.

Considerado por él —de lo que ha procurado convencer a cientos de personas de sus simpatías—, como el causante de todos sus males, de nuevo, el gobernador de Yucatán arremetió en días pasados contra el Diario, pero esta vez se cuidó de incluir como compañero de viaje y desventuras, ni más ni menos que al secretario de Gobernación.

La historia de las afrentas y de los ataques hacia su gente, colaboradores, reporteros, y hasta con los simples articulistas, es de muchos años atrás, tantos como larga es la lista de casos en este sentido. Curiosamente se cometen por los mismos sujetos que, en pandilla, actúan impúnemente ofendiendo e injuriando a cuanta persona no comulgue con el partido que aún no se va de Yucatán.

Como se vio esta semana, un envilecido sujeto, con poder, desafiante a cualquier diálogo, increpa con furia a un antiguo reportero viendo en él —quizá— a la representación del medio al que no puede evitar odiar.

Y como una prueba de que algo anda mal en la cabeza del señor, el discurso contra Santiago Creel y el Gobierno Federal de la semana pasada, quedó atrás para dar paso a un nuevo verbo, más propositivo, como si fuera un canto de sirena.

Resulta increíble que, a estas alturas, la sociedad tenga que estar soportando esta clase de vejaciones y nada ni nadie las castigue. No cabe duda que será largo el camino del cambio.

Qué explicación dará entonces Cervera del triunfo de Fox en el país y de otros tantas victorias en estados mexicanos que ha tenido la oposición. ¿La misma?.

Acaso son los yucatecos que leen el Diario en el Distrito Federal los que sacaron del gobierno capitalino hace tres años al PRI; Lo leerán en Guadalajara, Jalisco; Monterrey, Nuevo León; Querétaro, Chiapas, etcétera que ya se han dado autoridades emanadas de la oposición.

En Yucatán, el PRI juega a promover un regionalismo y un separatismo artificial, para aferrarse a sus cuotas de poder. Los amigos de Cervera quieren seguir controlando los hilos del poder económico, de los procesos electorales y conservar el ejercicio de la administración pública. Casi nada.

En fin, dicen que para grandes males, grandes remedios. El manicomio espera.