Durante el Informe, Ernesto
Zedillo omitió hablar en torno de uno de los temas que ha ocasionado mayor rechazo en la
opinión pública, como es la concesión del Registro Nacional de Vehículos a una
empresa cuyo director resultó ser genocida, torturador, represor durante la dictadura
militar de Argentina y traficante de vehículos en varios países.
El conflicto en Chiapas tampoco mereció mención, a pesar de
que aún quedan pendientes las investigaciones en torno de la matanza de Acteal y de la
existencia de grupos paramilitares en la región norte de esa entidad. Además, permanece
roto el diálogo con el EZLN y los acuerdos de San Andrés están en la
congeladora.
Los escándalos de corrupción
en los que se vieron involucrados miembros del gabinete tampoco fueron abordados, como es el caso de Óscar Espinosa
Villarreal, quien actualmente se encuentra prófugo de la justicia por presunto peculado
por 420 millones de pesos durante su gobierno en el Distrito Federal; tampoco se hizo
mención al caso del ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, acusado de
estar vinculado al narcotráfico, así como la reciente detención de dos generales
ligados también a la mafia.
Ni se hizo mención a la
violencia registrada en el municipio de Chimalhuacán al enfrentarse dos grupos priístas,
con saldo de 14 personas muertas.
Sobre el fallo de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, que obligó al Presidente a informar al Congreso en torno
de los fideicomisos de Banca Unión para financiar su campaña presidencial en 1994, tampoco hubo mención.
Del
rescate bancario, el Presidente no se refirió al elevado costo que implica para los
mexicanos el pago de intereses moratorios al Fondo Monetario Internacional.
En
relación con la marcha que encabezó el gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal Ávila,
para exigir el cumplimiento de una promesa presidencial para la construcción de una
carretera para conectar a ese estado con Durango y Aguscalientes, Zedillo evitó el tema.
De
igual forma, el Informe careció de una sola mención respecto al reciente conflicto en la
UNAM, que mantuvo paralizadas las actividades académicas en la máxima casa de
estudios durante 10 meses.
Si bien reconoce a la pobreza
como un problema ancestral debido a un rezago pendiente del régimen, omitió dar
cifras oficiales acerca del número de pobres que viven en el país y que algunos estudios
plantean que pudieran ser 60 millones.
Y
aunque habló del fomento de las libertades durante su mandato y de su decidido impulso
para transitar a la democracia, Zedillo tampoco habló sobre el reciente debate nacional
en torno del tema del aborto.