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PRI: Apuntados, dados y candados

¿Hay un solo PRI en Jalisco? ¿Cuántos son? A juzgar por los discursos de sus dirigentes hay más de uno. A juzgar por los que se han apuntado al "directorio telefónico" como precandidatos a la gubernatura, son un ch...orro.

Por eso andan vueltos locos los priístas. Solitos se amagan, se desconciertan, se convocan, se aluden, se descalifican, pero no dejan de estar apuntados. Les urge aparecer y que los vean. Los trae muy inquietos eso de la convocatoria. Y aunque no han sido convocados, siguen apuntados.

El caso es que, a despecho del discurso pugnaz del presidente del Comité Estatal del PRI, Francisco Morales Aceves (quien por si algo faltara también está en la nómina de los apuntados) que a todo le tira y a veces a algo le pega, el delegado del Comité Ejecutivo Nacional, Maximiliano Silerio Esparza, se afana por llevar a sus ovejas al redil. Con calma y nos amanecemos dice el exgobernador de Durango, a quien no le convence mucho eso de andar a las carreras y con el reloj del PAN en la mano.

Claro que al partido que hoy es oposición en Jalisco le sirve que los panistas hayan entrado en la recta final de su proceso de selección del candidato a la gubernatura. Dependiendo del sapo será la pedrada. Pero de eso a que la nominación del "gallo" que jugará por el tricolor el 12 de noviembre vaya primero que los resultados de la elección federal, hay un buen trecho.

Y aunque históricamente el PRI ha jugado con la frase de aquella desaliñada mujer del programa chapulinesco, de que "así como dice una cosa dice otra", por ahora las instrucciones que tiene don Maximiliano son muy claras: primero asegurar el apoyo del priísmo jalisciense para su candidato presidencial, y luego ya veremos. Por eso la lupa del delegado está detrás de los candidatos al Senado que "produzcan votos" (¡ah! el subconsciente con aquello de la maquinaria tricolor) para retener la Presidencia. No en balde existen las encuestas que traen a mal traer a Francisco Labastida ante la embestida del panista Vicente Fox.

Mientras tanto, lo de los precandidatos a la gubernatura sigue siendo una especie de divertimento que le gana espacios al PRI en los medios de comunicación, a imagen y semejanza del circo de cuatro pistas con el que se le preparó el terreno a Labastida.

Ahí está, pues, la lista que sigue creciendo. El delegado del PRI dice que "no hay dados cargados" para orientar hacia un personaje en particular la decisión. En todo caso se preparan los "amarres" entre grupos, se cuida a algunos que sí podrían hacerla, no para la gubernatura, pero sí para otro cargo. Y hasta se juega con lo del "caballo negro" que podría arrancar sólo hasta que estén listas las condiciones.

Lo que sí hay son "candados", como se verá en el momento en que aparezca la convocatoria del tricolor. Y entonces vendrá el derrumbe de fichas de dominó. Los que presumen haber sido "diputado suplente", los que se sienten en el estrellato por su carrera meteórica, los que se creen autosuficientes, los eternos aspirantes, todos quedarán en su lugar.

Es muy simple, para qué nos hacemos: así se las gasta el PRI.