ANTERIOR

Toman priístas sede del tricolor en DF


Un grupo de jóvenes, en su mayoría menores de edad, secuestraron por espacio de seis horas a cientos de empleados, militantes y reporteros dentro del edificio, a quienes agredieron sin importar sexo o edad

 

Alrededor de 60 priístas en su mayoría menores de edad mantuvieron secuestrados por espacio de mas de seis horas a cientos de empleados, militantes y reporteros en la sede del Partido Revolucionario Institucional en el Distrito Federal.

 

Los priístas agredieron a los representantes de “EL Universal”, “El Heraldo” y “El Economista”, cuando se les pidió que “nos dejaran salir, porque tenemos que cumplir con nuestro trabajo”.

 

De inmediato, hombres y mujeres por igual jalaron de los cabellos, golpearon, insultaron y cerraron la puerta principal de acceso para evitar cualquier “fuga”.

 

El pretexto de quienes se dijeron militantes del IV distrito electoral del PRI fue que “no queremos mas imposiciones de candidatos, ni “dedazo” ni amiguismo (sic)”.

 

Como se leía en una manta. Encabezados por Jorge Huerta, Salvador Arce, Arturo Medina y otro de quien sólo se sabe que le dicen “El Topo”, los priístas bloquearon también un tramo de la avenida Puente de Alvarado en el sentido oriente a poniente.

 

Cabe destacar que inmediatamente que detectó la llegada de sus militantes, Óscar Levín Coppel, presidente del Partido Revolucionario Institucional en el Distrito Federal, huyó de la sede dejando abandonados a su suerte a sus trabajadores y visitantes.

 

Incluso su secretario particular reconoció que el líder del tricolor no estaba “y no hay nadie que atienda con rapidez las demandas de los inconformes”.

 

Recordó que el martes pasado “estuvimos secuestrados por militantes de Cuajimalpa hasta las 11:00 de la noche, así que mejor tranquilícense, tómense un cafecito y esperen pacientemente”, sugirió a los reporteros.

 

Algunos trabajadores tuvieron que salir por las azoteas contiguas, ya que los priístas sólo dejaron salir a las mujeres, porque “no nos moveremos de aquí mientras no resuelvan nuestras demandas y escuchen nuestros reclamos”.

 

Algunos priístas que tienen años de militar en el partido, expresaron: “Es el precio que tenemos que pagar por la democracia en el nuevo PRI”.