ES "UN MUERTO QUE APESTA"

 

Los priístas del Distrito Federal continúan todavía en el duelo y no se han dado cuenta que este partido es un "muerto que apesta", por lo que es indispensable refundar uno nuevo, aseguró el ex legislador Luis Miguel Ortiz Haro.

 

Manifestó su preocupación porque la burocracia y los viejos militantes son los que se oponen al cambio, sin darse cuenta que al PRI capitalino "le sale pus".

 

A unos días de realizarse el Consejo Político del PRI en el Distrito Federal, comentó que a su partido le pasa lo que a cualquier "muerto" que no se entierra: "se empieza a descomponer".

 

Cercano al grupo del ex dirigente Roberto Campa Cifrián, Ortiz Haro dijo que él como muchos otros militantes priístas han planteado desde hace meses que es necesario hacer un partido nuevo que sustituya al PRI.

 

Sin embargo, los intereses más vinculados a las causas que menos votos le han dado al partido no quieren que haya un cambio. Por esa razón, manifestó que es preferible mantener una posición distante y esperar a ver a qué hora se dan cuenta, incluso los militantes de buena fe que continúan adentro, en el sentido de que no hay manera de reconstruir al PRI.

 

Desde su visión, quienes se resisten a crear un nuevo partido son los grupos corporativos que no tiene más que membretes.

 

Sobre la posible elección de Arnoldo Ochoa como dirigente del PRI-DF, dijo que es un priísta serio y decente, pero "no entiendo que va a dirigir".

 

"Los priístas no han acabado de entender que después del 2 de julio al PRI se le murió el alma", estableció.

 

El ex diputado local y ex funcionario delegacional lamentó que Arnoldo Ochoa y Rodolfo Echeverría (en la Secretaría General del PRI nacional), piensen que todavía se puede hacer algo con la misma estructura.

 

En entrevista, Ortiz Haro consideró que el PRI tiene que reconocer que su ciclo histórico se acabó y que sus estructuras hoy ya no funcionan.

 

Insistió que no hay partido en el Distrito Federal, pues es el único estado en que el PRI no gana nada, nada. "A mí no me gusta el PAN y tampoco el PRD, pero sé que este PRI como está no me gusta ni gana elecciones, entonces hay que alejarse un poco", argumentó.

 

Señaló que todavía hay demasiado odio entre los priístas y el proceso de luto ya fue demasiado largo, ya que si "al muerto no lo entierras y lo lloras, entonces estás perdido".

 

Justificó a Manuel Aguilera y a Roberto Campa de que se lamenten de la situación que sucede en el PRI-DF, sobre todo porque son pocos los que se han dado cuenta que tiene una gran oportunidad para cambiar y no la han aprovechado.