ADMITE LEVÍN COPPEL ERRORES DEL TRICOLOR

 

Para Óscar Levín Coppel “ni Dios hubiera ganado una candidatura por el PRI en la ciudad de México”, ya que este partido se extravió de las clases urbanas y nunca supo comunicarse con los jóvenes y mujeres. “Más allá de errores, la gente no quiso votar más por nosotros”, aceptó.

 

A 15 días de entregar la dirigencia de “transición” en el Distrito Federal y asumir su nuevo cargo como diputado federal, Levín reconoció que el PRI-DF tiene que retomar las causas de la ciudadanía y dejar atrás las equivocaciones que le provocó ganar sólo un millón 27 mil votos, es decir un 24 por ciento de la votación.

 

Desde su perspectiva, las causas de la derrota electoral del partido son consecuencia de una ruptura ética entre el partido y la sociedad, una pérdida de su piso moral y el ensimismamiento al interior del tricolor.

 

Ahora, dijo, la única vía es que el PRI se nutra fundamentalmente de las corrientes de la izquierda.

 

“¿Qué fue lo que nos pasó? ¿Y porqué nos pasó?, son las preguntas que cada uno de los militantes nos hacemos, una y otra vez”, explica, al tiempo que él mismo se responde, “muchas de las responsabilidades son del gobierno, del partido en su forma de gobierno”.

 

Levín aseguró, en la entrevista, que una de las reflexiones más importantes y que es compartida por la mayoría de los priístas, es que hay una ruptura ética entre “lo que la gente sentía, lo que la gente quería de nosotros y lo que nosotros no pudimos dar a la gente”.

 

Evidentemente, sostuvo, se presentó un claro divorcio entre los intereses de la sociedad y del partido, y obviamente, lo que más afectó fue la corrupción, lo que hizo perder el piso moral al PRI, lo que trajo la ruptura ética.

 

Luego de varios días de evitar entrevistas o conferencias, Óscar Levín asume que muy pronto dejará la dirigencia del PRI-DF.

 

“Yo me puse como fecha el 31 de este mes para dejar al partido y no me fui antes porque había que tranquilizar las aguas, pacificar el partido y generar los mecanismos de transición.”

 

Ahora, asiente, el partido está más tranquilo y él más convencido que al PRI le conviene convertirse en un partido de centro-izquierda.