SÍ HUBO MAL MANEJO DE
LAS DONACIONES
Anuncia la Contraloría que amonestará públicamente a Wintergerst por las 18 toneladas de víveres que se echaron a perder
La Contraloría General del Distrito
Federal determinó sancionar al director general de Protección Civil, Luis Wintergerst
Toledo, con una amonestación pública, (que
le pregunten a los afectados si eso es todo lo que merece) al encontrarlo
responsable del almacenamiento de 18 toneladas de víveres, que debieron ser entregados de
inmediato a los damnificados, por las lluvias en octubre del año pasado.
A este respecto, Wintergerst Toledo
manifestó que este proceso aún no concluye y que se defenderá, por lo que en el
transcurso de esta semana podría presentar un recurso de inconformidad, (maldito mata de hambre a los afectados y pretende defenderse) ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo
(TCA).
En tanto el legislador panista,
Pablo Jaime Jiménez Barranco, consideró que lo más recomendable sería
solicitarle la renuncia al director de Protección Civil del gobierno capitalino.
Fue en octubre del año pasado
cuando el gobierno del Distrito Federal hizo un llamado a todos los capitalinos para que
donaran ropa y víveres para los damnificados por las lluvias, en cuatro estados de la
República. En toda la ciudad se instalaron 70 centros de acopio y cuatro macrocentros.
Uno de estos macrocentros fue el ubicado en el deportivo Francisco J. Mújica de la delegación Coyoacán. Pero tres meses después, el 11 de enero del presente año, diversos medios de comunicación denunciaron el almacenamiento indebido de 18 toneladas de víveres en este deportivo, los cuales debieron distribuirse durante los meses de octubre, noviembre y diciembre de 1999, en los estados de Puebla, Hidalgo, Tabasco y Veracruz, afectados por las lluvias.
Ante este hecho, la Contraloría
General del DF inició el Procedimiento Administrativo Disciplinario CG-DRS-04/0052/2000,
en contra del director de Protección Civil, Luis Wintergerst, quien era el encargado de
coordinar el envío de la ayuda.
Después de las investigaciones, la
Contraloría determinó, el 11 de julio pasado, sancionar al referido funcionario con una
amonestación pública, que deberá ser aplicada por su superior inmediato, el
subsecretario de Gobierno, Javier González Garza.
Wintergerst Toledo fue notificado de
esta resolución el 18 de julio, pero informó que preparará su defensa, porque el
trámite no está terminado y todo proceso se sigue conforme a la ley.
Sin abundar sobre el tema, refirió
que en los próximos días dará a conocer su determinación y entonces detallará en su
posición y hará pública su defensa pues, insiste, faltan datos por aclarar en el manejo
de esas donaciones.
En tanto, el presidente de la Comisión de Protección Civil de la Asamblea Legislativa, Pablo Jaime Jiménez Barranco, manifestó su preocupación porque el funcionario a lo largo de esta administración no ha sido muy responsable con sus funciones y deberían solicitarle su renuncia.
Dijo que en este tipo de asuntos se
pone en riesgo que la población ya no coopere ni confíe en sus autoridades, en caso de una desgracia que
requiere del apoyo y solidaridad de la gente.
Por otra parte, recordó que sólo
en dos ocasiones se ha reunido el Consejo de Protección Civil del Distrito Federal, lo
que pone en jaque a la población, porque no existen políticas ni acciones
contundentes que garanticen su seguridad, en caso de una emergencia o desgracia.
Al señalar que el Distrito Federal
se encuentra entre las siete ciudades más peligrosas del mundo, por su alta sismicidad y
los hundimientos que registra de 4 a 40 centímetros anuales, comentó que no se dispone
de medidas preventivas y mucho menos políticas de protección civil.
Recordó que la actual Legislatura
aprobó reformas a la Ley de Protección Civil del Distrito Federal, en la cual obliga al
Consejo, encabezado por la jefa de gobierno Rosario Robles, a reunirse por lo menos tres
veces al año, y crea otros consejos en las 16 delegaciones políticas que tienen como
objetivo, conservar la seguridad de sus habitantes.
Por desgracia, sostuvo, el Consejo
lleva dos sesiones en casi tres años, lo que es inaudito, aunado a que no existe todavía
un atlas de riesgo.