ESTÁ EN CRISIS EL PRD, RECONOCE ORTEGA

 

“Hemos sido un frente, debemos convertirnos en un partido moderno de izquierda”, dice el coordinador de la fracción perredista en el Senado

 

Con duras críticas, algunas coincidencias y las propuestas para la renovación del Partido de la Revolución Democrática, vertidas por Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles y Ricardo Monreal Ávila, la corriente más numerosa del partido, Nueva Izquierda, consideró que en estos 12 años de existencia se ha comportado más como un frente que como un partido político.

 

Jesús Ortega Martínez expuso, ante un auditorio repleto de simpatizantes perredistas que el partido se encuentra en crisis y consideró que la razón de ello se debió a su indecisión conceptual.

 

“Hemos sido un frente, debemos convertirnos en un partido moderno de izquierda”, dijo mientras planteó que el cambio debe ser de fondo y radical, y no cosmético, lo cual implica localizar y resolver las contradicciones e insuficiencias estructurales con que cuenta el partido.

 

Ortega Martínez realizó un símil, diciendo que si en las leyes de la naturaleza el organismo que se estanca se pudre; en la dinámica social, igualmente, el organismo que no cambia se deteriora. “Eso sucede ahora con nuestro partido: en 12 años de existencia del PRD, hemos actuado como un frente y hoy estamos en una crisis partidaria”.

 

De manera crítica expuso: después de 12 años de la constitución formal del PRD, aún nos encontramos en el limbo (que en ocasiones parece purgatorio), como una organización que no deja de ser un movimiento amplio, amorfo; un frente diverso que tampoco consolida su condición de partido.

 

Por ello, añadió, debemos terminar con esa dualidad partidofrente, que es una de las causas de nuestra crisis.

 

El PRD, insistió el hoy senador y representante de la corriente Nueva Izquierda, debe dejar atrás la visión de agrupamiento disperso e inorgánico, cuyos integrantes carecen de la más elemental identidad. El PRD no puede ser más un movimiento amorfo, nacido de la nostalgia del movimiento de 1988, o de las añoranzas de una izquierda dogmática e intolerante.

 

“El PRD no puede ser más un movimiento sustentado en un programa, que en parte, ya ha sido superado por la nueva realidad del país, y por lo cual es imposible de responder con eficacia a los nuevos retos y desafíos.

 

En sus críticas Ortega Martínez resaltó que el PRD “no es, ni nunca podrá ser propiedad particular ni de individuos ni de grupos de presión; debemos evitar cualquier desviación oportunista y clarificarnos en esto que resulta sustancial: aspiramos ha ejercer el poder en toda la República”.



CRÍTICAS Y COINCIDENCIAS

 

En el rubro de señalamientos, Ortega Martínez habló de sus puntos de acuerdo con la exposición de Cuauhtémoc Cárdenas, para establecer un código ético y la incorporación de los gobernantes perredistas en los órganos de dirección partidista, afirmó que una propuesta como la de afiliar a todos los votantes del PRD, podría conducir nuevamente hacia una organización, donde el elemento fundamental es lo cuantitativo, perdiendo de vista lo cualitativo. “Debemos ser un partido de masas, pero es falso que un partido de masas no debe ser amorfo; es erróneo atacar la existencia de los grupos de presión con proclamas, por el contrario, es necesario reivindicar el papel de las corrientes de opinión y transformar las actuales.

 

En cuanto a las coincidencias con la aún jefa de gobierno, Rosario Robles, dijo que está de acuerdo en que debe construirse un partido para todos y en abrir múltiples frentes, que formen un consistente tejido social, político y cultural capaz de vencer el conservadurismo.

 

Pero como en sus puntos de diferencia con Cárdenas, consideró que sería riesgoso en que la presencia del partido dependiera sólo de sus personalidades, por lo que se necesita dijo, es un programa sólido, y el fortalecimiento del partido en todos sus niveles.

 

En cuanto a la exposición que hiciera el gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal, el representante de Nueva Izquierda dijo que está de acuerdo con la posibilidad de un partido nuevo que dé cabida a muchas otras expresiones de la izquierda, y que aún ven al PRD con recelo.

 

En este punto fue claro que: frente a esta propuesta existen la tentación y el peligro de concebir al partido sólo como un nuevo frente electoral.

 

Dentro de las críticas que presentó a las conductas, que actualmente se presentan en el PRD, Ortega Martínez pugnó por terminar con la “práctica de las afiliados ‘golondrinas’, que han sido fuente de corporativismo y clientelismo origen de muchos de nuestros conflictos”.