La población de entre 13 y 18 años es la que lleva a cabo mayor cantidad de ilícitos; se concentra en 12 colonias
La delincuencia juvenil en la ciudad de México se ha triplicado en los últimos dos años y los jóvenes de entre 13 y 18 años son quienes llevan a cabo la mayor cantidad de los ilícitos en la capital.
Lo anterior fue señalado por el director general de Participación Ciudadana del gobierno capitalino, Pedro Peñaloza, quien enfatizó en rueda de prensa que no es suficiente con que exista un mayor caudal presupuestal destinado a combatir los índices delictivos, sino que es necesario ejecutar una política eficiente de la prevención del delito y garantizar que las denuncias ciudadanas tengan resultados eficaces.
En este sentido, Pedro Peñaloza dio a conocer una cifra donde se establece que solamente cuatro de cada 100 averiguaciones previas que inicia la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) son consignadas ante el juez en turno.
Las cifras anteriores forman parte de los resultados de la Primera Jornada de Seguridad Pública, Participación Ciudadana y Prevención del Delito en la Ciudad de México impulsada por el gobierno de la ciudad.
En el documento final se establece que doce colonias, la mayoría de ellas pertenecientes a la delegación Cuauhtémoc, son quienes registran el mayor índice delictivo a nivel juvenil.
Indicó que aunque las estadísticas del delito han disminuido durante 1998 y se mantuvieron durante 1999, hay delitos que tienen un gran impacto en la población y que no sólo no han disminuido, sino que se han incrementado, como es el caso del asalto a transeúnte.
Se han detectado zonas, de acuerdo con los resultados expuestos, que se pueden identificar como zonas productoras y zonas receptoras, así como mixtas que generalmente se identifican con las áreas colindantes con el estado de México.
La división del índice delictivo, dijo Peñaloza, tiene un alto grado de gestación en la violencia intrafamiliar, donde 85 por ciento de la población registra algún tipo de transgresión que más adelante se revierte a nivel social.
El fenómeno anterior, dijo, se puede encontrar tanto en las esferas sociales altas, como bajas, donde una de cada cuatro familias es de carácter disfuncional, que se vuelve en un factor de riesgo delincuencial que conlleva a que cerca de un millón de jóvenes se vean afectados por la cada vez más común desintegración familiar.
A la violencia familiar, señaló, sigue el consumo de drogas, donde el consumo de mariguana y cocaína ha tenido un crecimiento importante en los últimos años, que pueden conducir a la deserción en los estudios e incluso, dijo, a los suicidios.
Para Pedro Peñaloza la próxima administración de Andrés Manuel López Obrador no debe desestimar el aumento en el presupuesto para el combate de la delincuencia juvenil, sino que se dé un paso adelante en las medidas meramente represivas, para aplicar una política donde la prevención del delito sea un asunto prioritario