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Agotado, el pacto de silencio e inmovilización entre el Frente Popular Francisco Villa con el PRD (México HOY)

Ciudad de México, 19 de diciembre. El Frente Popular Francisco Villa advierte que la contribución para el triunfo ya pasó.

La aportación de los movimientos ciudadanos al gobierno de la Ciudad de México, a raíz del triunfo del PRD, ha sido la no movilización, dijo Agustín González Cázares, del Frente Popular Francisco Villa y secretario de Gestión Social y Participación Ciudadana del PRD del Distrito Federal.

“Hubo un pacto callado, silencioso, unilateral de muchas organizaciones con el gobierno cardenista. Nuestro grano de arena al proceso de transición democrática del Distrito Federal fue la no movilización. Mantener la estabilidad social”, dijo Agustín, quien es integrante de la Comisión Política Nacional del Frente Popular Francisco Villa.

 

“Nunca lo entendió Cárdenas, pensó que no nos movíamos porque él era muy chingón, pero no era así. Nosotros aportábamos eso al proceso democrático, aguantar, darle chance que se acomodaran las cosas, que encontrara cómo arreglar, cómo solucionar. El problema fue que nunca encontró y cuando encontró, se fue de candidato y la que se quedó fue Rosario y ella heredó la idea de que todo estaba perfecto”.

Agustín es uno de los fundadores del Frente Popular Francisco Villa desde 1989. “Ahí nos juntamos” una corriente del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) llamados brigadistas del CEU, también los colonos que lograron regresar del desalojo de Lomas del Seminario, que fue el más grande de la historia de la ciudad: siete mil familias.

Con la llegada al poder del PRD en el Distrito Federal, los movimientos sociales se vieron debilidatos. “Todos los dirigentes del partido eran también los dirigentes de las organizaciones sociales, entonces en el 97, cuando el partido gana, no había cuadros. Los cuadros se van a tomar el poder, unos se fueron a la Asamblea, otros a la Cámara de Diputados. El partido hasta repartió cuotas a las corrientes, y todo mundo se fue al gobierno”.

La oficina de Agustín González en el PRD-DF está llena de símbolos: cuadros de Francisco Villa, Emiliano Zapata, El Che, y hasta la figura Ahumanda que fue destruida por radicales en Guadalajara.

El Frente toma el nombre del revolucionario Francisco Villa “porque representa una forma distinta de organización, representa la espontaneidad organizativa de la gente. Pancho Villa era un representante multisectorial. De repente a alguien se le ocurrió y vimos que el nombre era correcto”, dijo.

Después de años de lucha, de manifestaciones callejeras, de búsqueda de vivienda. “Todos nosotros teníamos esa necesidad implícita de pertenecer al proyecto democratizador y lo que aportábamos era eso”.

En 1997 el Frente sufrió uno de sus grandes desmembramientos, cuando decidieron aliarse a la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas, de esa separación se formó el Frente Popular Francisco Villa Independiente. “Por lo menos una cuarta parte de la organización se va y se vuelve independiente”.

Actualmente el Frente agrupa a cerca de ocho mil familias.

Después de la alianza con el PRD, el Frente logró conquistar algunos puestos dentro del partido y del gobierno. “Son espacios que conseguimos por la organización, los seis compañeros que están aquí son compañeros cuadros de la organización”. Comentó que algunos del Frente se fueron a trabajar con López Obrador, él mismo se pudo haber ido, “pero para la organización es más importante que haya alguien aquí en el partido”.

“Nosotros nos quedamos aquí para también disputar el partido, disputar el proyecto. Si el partido decide en el Congreso ser de centro derecha y que hay que hacer un cogobierno con Fox, pues seguramente vamos a tomar nuestras distancias”.

Agustín cree que un ingrediente importante en la democratización es la crítica. “El partido tiene que ser crítico, no puede ser vota pronto, aplude todo, matraquero, que lo único que haga es aplaudir las acciones del gobierno”.

“Tenemos el reto de reivindicarnos y pelear contra una política claramente de derecha, Fox. Viene una etapa bastante dura, nos preocupa que Macedo de la Concha sea el procurador, ya hemos tenido bastantes problemas con la represión”.

Aunque hay proyectos afines, el Frente Popular Francisco Villa impulsa sus propios proyectos de manera independiente al partido.

“La organización tiene una política de alianzas, entonces nosotros consideramos la alianza con el PRD, no como un ingreso ni una pertenencia, es una alianza con el partido que tiene que ver con la construcción de espacios, con la construcción de proyectos, con el impulso del desarrollo democrático”, dijo.
En 1997 apoyan a Cárdenas, pero no es sino hasta 1999 que se da la alianza bilateral del PRD con el Frente Popular Francisco Villa.

“De manera institucional nosotros chocamos con una corriente del partido, esta corriente de Rosario Robles, de Carlos Imaz, respetamos sus planteamientos, su concepción de partido, pero no la compartimos. Ellos buscan un partido de ciudadanos libres que no tenga nada que ver con cuestiones clientelares, con cuestiones corporativas, de ciudadanos que no se agrupen, que se agrupen sólo cuando van a votar”. Agustín hace hincapié: “Cuando son los movimientos los que hicieron que llegaran al poder”.

Es muy importante, dice, mantener a la sociedad organizada. “Una vez que los dirigentes se fueron al gobierno, cómo le hacen los movimientos sociales para tener incidencia, porque no la tienen.

Fortalecer el movimiento estudiantil, el magisterial, el obrero, el movimiento de colonos. Sigue habiendo una necesidad de organización”.

Aunque la entrevista es sobre los movimientos sociales, es inevitable dejar de lado la muerte de un niño en las recientes manifestaciones. Hasta este momento Agustín duda antes en contestar: “Tú no le puedes decir a la gente que no lleve a los niños. Yo tengo un niño de 11 años y desde que tenía tres meses va a las marchas y plantones porque no había dónde dejarlo. Desde que pasó esto se les recomienda que no lleven a los niños”.

Además, “las manifestaciones en la Constitución política no se consideran como actividades de alto riesgo”.

“Las marchas y la reglamentación es una discusión vacía si no se va al fondo de las cosas, es decir, si no se resuelven las demandas de la población. Puedes reglamentar todo lo que quieras, construir un marchódromo, pero si el gobierno no cumple, mientras el gobierno sea demagógico, la gente va a seguir marchando”.